SECCIÓN SEGUNDA: APLICACIÓN DE LA LEY DE DIOS A LA ETICA POLITICA 22 LAS CONSECUENCIAS POLITICAS DEL EVANGELIO INTEGRAL "Si debemos glorificar a Dios hasta en nuestro comer y beber, entonces seguramente debemos glorificarle también en la manera en que votamos y de este modo animar a los gobernantes a guiar nuestra sociedad." Solía ser necesario que cuando un autor que creía en la Biblia quería escribir sobre un aspecto de la moralidad social o plan de acción política, tenia que dar un apologética y defensa introducto- ria para entrar en tal área de discusión. Contra el trasfondo de influencia izquierdista o modernista en la política, la amenaza del evangelio social, y en abandono evangélico del mundo causando por el pietismo eclesiástico y el dispenscionalism antinomiano, todo en que escribía sobre temas de la ética política o social era sospechoso de abdicar de o de abandonar la fe. Por eso la reticencia caracterizaba las publicaciones evangélicas y reformadas en esos temas. Es claro que las ideas han cambiado, si prestamos atención al torrente de libros que se han comenzado a publicar en los últimos anos sobre el enfoque cristiano (evangélico o Reformado) de la política y la ética social. De hecho, el péndulo se ha movido tanto hacia el otro lado, que tal vez tienda a sospechar a cualquier autor que afirme que la Biblia renuncia o pasa por alto 169
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totalmente un problema tan viral. Algunos escritores probados de tradición conservadora se han puesto a escribir sus opiniones sobre la moralidad política. Hombres de conocidas aspiraciones políticas visibles han escrito sobre sus conversiones y su partici- pación como cristianos en el liderazgo de la sociedad. Problemas apremiantes en el gobierno del Estado — desde la tolerancia hacia la homosexualidad al aborto legalizado―han obligado el fin del silencio cristiano sobre los problemas sociales de hoy. Un cre- ciente interés en la idea de que el cristianismo trata con el hombre íntegramente (no solamente con su destino "espiritual,’ ‛interior), que sus principios tocan todas las áreas de la vida (no sólamente una hora de adoración los domingos), y que la venida del reino de Cristo tiene efectos para la renovación de toda la creación (y no sólo para la salvación de las almas del fuego del infierno) ha producido naturalmente un creciente interés en la perspectiva cristiana de la ciencia, el arte, la economía, la política, y todas las demás cosas. Así que, debido a muchos factores, los cristianos se han vuelto cada vez mas conscientes y activos políticamente en la última generación. Nada de esto debiera sugerir legítimamente, desde luego, que el cristianismo es primera ni principalmente una posición política. No debe esto minimizar la verdad imprescindible y central de las buenas nuevas de que Cristo vino a salvar a Su pueblo de la maldición del pecado y la pena por su rebelión que es el juicio final; la cruz y la resurrección, la obra regeneradora del Espíritu Santo, y la necesidad de la justificación por la fe no han sido olvidadas ni subordinadas. Sin embargo, las consecuencias com- pletas de estas verdades se están apreciando nuevamente―aun como se les habían apreciado en épocas pasadas de la Iglesia. El Rey Jesús En 1719, Isaac Watts escribió un himno ahora famoso que expresa algunas de estas consecuencias, un himno que los cris- tianos que creen la Biblia han cantado (especialmente en la época de "Navidad," en lo que hasta los incrédulos les han acompañado) por mas que dos siglos y medio:
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¡Al mundo paz, nació Jesús! Nació ya nuestro Rey; El corazón ya tiene luz, Y paz su Santa grey. ¡Al mundo paz, el Salvador En tierra reinará! Ya es feliz el pecador, Jesús perdón le da. Al mundo paz él gobernará Con gracia y poder; A las naciones mostrará Su amor y su poder
¡La Iglesia ha cantado las consecuencias "políticas" del evangelio desde hace ya años! Ha cantado que la tierra debe recibir su Rey―un Salvador reinante quien rige al mundo, y hace que las naciones prueben Su justicia Y el interés de este Rey no esta limitado solo a las almas de los hombres y a su existencia celestial en el futuro. Como Salvador del pecado, Cristo tiene interés en cada aspecto de la vida infectado por el pecado en la caída del hombre. Debido a que la existencia social del hombre y sus esfuerzos políticos están bajo la maldición del pecado Cristo el Rey prueba Su justicia en la esfera de la política humana, así como El rige sobre todas las otras áreas del pensamiento, vida y conducta del hombre La Iglesia primitiva estaba bien consciente de las consecuen- cias políticas de Ser un cristiano. Ser un "cristiano"― un discípulo o seguidor de Cristo (Hechos 11:26) ——Signifîcaba confesar Jesu- cristo como Salvador, Mesías, y Señor. Los cristianos declaraban que Jesús era su Salvador o soter (griego), como vemos en Hechos 5:31 y 1a de Juan 4:14 ("Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo"). A pesar de que las monedas romanas de aquella época retrataban el rostro del emperador con la inscripción de soter (o "único Salvador" en algunos casos), los primeros cristianos declaraban que el nombre de Jesús era el único nombre dado a los hombres, en que podamos Ser salvos (Hechos 4-:12).
172 He aquí el estándar También era esencial que el cristiano creyese que "Jesús es el Cristo" (o Mesías), como lo dice la 1a de Juan 5:1. Como Jesús admitía abiertamente que él era el Cristo, el sanedrín lo llevó a la corte de Pilato para enjuiciarlo, y Pilato después de indagar también encontró que Jesús se consideraba Rey (Lucas 22:67 - 23:3), en cuyo caso se le consideraba como en oposición al César mismo (Juan l9:12). Finalmente, el Nuevo Testamento nos muestra que es característica de todos los cristianos el confesar con sus bocas que "Jesús es el Señor" (Romanos 10:9; 1a a los Corintios 12), lo cual significa que Su lealtad en todas las cosas pertenece a Él como "Señor de Señores y Rey de reyes" (1a a Timoteo 6:15; Apocalipsis 17:14; l9:16)—aun cuando Él lucha contra el poder político de la bestia y los reyes de la tierra. Así que, guste o no guste, los primeros cristianos comprendían que el ser cristiano tenía consecuencias políticas. Pablo y los Cristianos de Tesalónica fueron acusados de crímenes políticos porque confe- saban a Cristo con el alegato: "y todos estos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús" (Hechos 17:7). Sabemos que un día el Rey Jesús requerirá que todos los reyes de la tierra den cuenta de su reinado a Él como Gobernador y Juez soberano. Todos los tronos fueron creados para Él, quien hade tener la preeminencia en todas las cosas (Colosenses 1:16-18). Los reyes que han sido tan imprudentes como para no servir al Señor con temor y besar al Hijo sufrirán Su ira, pereciendo en el camino (Salmos 2:10-12). Por lo tanto, podemos ver cuán impor- tante y legitimo es para los cristianos ― los que creen en la Biblia que quieren someterse a las Escrituras desde el principio al fin ― mantener actitudes y creencias que glorifiquen a Dios acerca de la política y la ética social. Si debemos glorificar a Dios hasta en nuestro comer y beber (1a a los Corintios 10:31), ¡seguramente debemos glorificarle también en la manera en que votamos y así alentar a los gobernantes en su administración de nuestra so- ciedad! A la verdad, hemos de buscar primeramente el reino de- Dios y Su justicia (Mateo 6:33) para que Su voluntad sea hecha en la tierra (Marco 6:10).
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Trompetas Indecisas ¿Pues cuál es Su voluntad en cuanto a la ética política? Esta es la cuestión crucial; no obstante es una cuestión que los escri- tores cristianos modernos sobre la política y la moralidad social encuentran tan difícil (si no imposible) de contestar clara y específicamente. Con el interés renovado que vemos hoy en día por parte de los cristianos en lanzarse a la arena política con una cosmovisión completa que comprenda todas las cosas de interés humano, con un diluvio de libros y ensayos que se están publi- cando sobre el método ‛‛cristiano" de la política, que pasaría si el mundo se parase de repente y dijese sencillamente: "Bueno, hemos visto como el humanismo ha fracasado tan desesperadamente. ¿Que dicen ustedes los cristianos que debiéramos hacer en cuanto a los asuntos de la ética política?" Una vez que recibiesen la oportunidad de expresarse con la perspectiva cristiana, ¿los escri- tores evangélicos y reformados dirían algo mas que generalizaciones y trivialidades ambiguas? Hay razones para dudar que dirían algo mas. La razón de ese probable fracaso no es difícil de encontrar. Los cristianos que quieren escribir o declararse en cuanto a la ética política no han generalmente producido respuestas distin― tivas y útiles que son claras y específicas a causa de su renuencia de aprobar y divulgar la Ley de Dios, en la que precisamente el Señor ha revelado respuestas definitivas a los problemas socio- políticos de los hombres y sus civilizaciones. ¿Qué clase de buenas nuevas o "evangelio" trae el Reino de Jesucristo según muchos grupos cristianos? El evangelio social Como es sabido por la mayoría de los cristianos que creen la Biblia, hoy en día el "evangelio social" esta dominado por moder― nistas e izquierdistas. A fines del Siglo XIX y comienzo del Siglo XX, el movimiento de la "critica superior" en la erudición se oponía a mucho de la enseñanza bíblica y minaba la teología mas fundamental de la Iglesia cristiana. De este modo la obra y men- saje de Cristo fueron reducidos, hasta allegar que Él no hizo nin- guna obra sacertlotal con Su muerte y resurrección y ni aseguró
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la Salvación para los hombres .La postura modernista del hombre llegó a ser evolucionaría y naturalista, negando además el mensaje cristiano acerca de la dignidad exclusiva del hombre como imagen de Dios y creación especial Suya. Como resultado, el modernismo se alejó de las verdades del cristianismo bíblico y se concentró casi exclusiva- mente en temas e intereses moralistas, especialmente lo relacion- ado a la "hermandad de los hombres" manifestada en las rela- ciones sociales. Así que, los teólogos liberales no vacilaron en propagar soluciones humanistas a los problemas políticos en nom- bre del cristianismo. Debemos recordar, sin embargo, que el problema con el "evangelio social" no era que era social, sino que era modernista y negaba la Biblia. La respuesta de los fundamentalista En reacción al liberalismo, el fundamentalismo en el Siglo XX predicó un "evangelio individualista" por contraste extremo. El acento cayó sobre salvar almas de la condenación eterna y reorientar los corazones de los hombres entorno a la iglesia, esperando el regreso inminente de Cristo a este mundo que se degeneraba sin remedio. irónicamente, por mucho que se esforzó en alejarse de los errores del liberalismo (teológico), la insistencia encomiable del fundamentalismo sobre ciertas doctrinas funda― mentales claves de la Biblia tendió a crear una miopía en cuanto a las repercusiones integrales del Cristianismo. Una vez mas, el trabaio y mensaje de Cristo se redujeron, porque la Salvación integral que Cristo logró Se redujo a los aspectos "espirituales" del hombre, en tanto que el reino actual y el dominio de Cristo se suspendió para otro momento (cuando los asuntos socio- políticos aparecieran otra vez en la agenda). La redención no alcanzaba rodos los aspectos de la maldición del pecado, y la piedad se definió estrechamente como la abstinencia de ciertas abusos mundanos (como el tomar, fumar, el cine, los bailes, etc,). Desde luego que el conservatismo teológico del fundamental- ismo era totalmente necesario pero los efectos sociales fueron dañinos. Jesús digo que si la sal ha perdido su sabor, no sirve para
Las Consecuencias Políticas del Evangelio Integral 175 nada sino para ser echada fuera y hollada por los hombres (Mateo
5:13). En la medida en que esto ocurrió con el fundamentalismo, ocurrió porque no proclamaba todo el consejo de Dios, inclusive en la moralidad socio-política. La ética de Pablo no se enfocó exclusivamente en la vida futura en el cielo o en la conducta individualista de la actualidad. Él dijo que "la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la veni- dera‛‛ (1a a Timoteo 4:8). Luteranismo y romanismo Lado a lado con el evangelio social del modernismo y el evangelio individualista del fundamentalismo podemos colocar el "evangelio dicotomista" del romanismo y el luteranismo. La iglesialuterana, esta sin duda firmamento opuesta a los errores teológicos de la Iglesia católica romana. Recordemos que Lutero inauguró la Reforma Protestante de la Iglesia insistiendo en la doctrina de la justificación por la fe, a diferencia de las ideas romanistas de la justicia 1 por medio de las obras de la Ley. Pero lo extraño es, que la perspectiva luterana sobre los asuntos sociopolíticos ha evolucionado a una perspectiva paralela a la de Roma. La Iglesia católica romana reduce la obra de Cristo (para que los sacerdotes y los esfuerzos humanos completen la sal- vación), mientras que la Iglesia luterana tiende a reducir el mensaje de Cristo (enunciando una oposición fuerte entre la Ley y el Evangelio y acentuando casi exclusivamente el último). La perspectiva católica romana a través de los años ha sitio que hay una distinción que se debe hacer entre las esferas de la "natu- raleza y la gracia"; algunos asuntos son relativos a una, mientras que diferentes asuntos son relativos a otra. Las cuestiones políticas son naturales al hombre y su existencia social, por lo tanto la, perspectiva de la gracia (la revelación especial) no es directa· mente pertinente a ellos. En ese caso, el razonamiento auto- suficiente y natural del hombre llega a ser el árbitro en asuntos de la ética política. En una manera paralela, la doctrina luterana 1 . Condigno o congruente.
176 He aquí el estándar clásica enseña que hay un reino a la mano derecha y un reino a la mano izquierda, uno que es relativo a la salvación y la Iglesia mientras que el otro es relativo a la creación y la sociedad. Como resultado, cuando los creyentes entran en el razonamiento político, ellos lo hacen sobre una plataforma común con los incrédulos. Ni el romanismo ni el luteranismo tienen una palabra directa y específica de Dios sobre los asuntos políticos, sino sólo sobre los asuntos relacionados a la gracia y la salvación. Como resultadolos dos fomentan una actitud neutral hacia la política que no puede ofrecer desde la Escritura una dirección definida para la sociedad. Las dicotomías Que son centrales a estas perspectivas teológicas imposibilitan una orientación plenamente bíblica a la ética política. Neo-ortodoxia Saltando al otro extremo, la neo-ortodoxia y las teologías radi- cales subsiguientes han proclamado el "evangelio incierto" que habla acerca de problemas especiales en la sociedad y la política, pero sin una palabra Clara y especifica de Dios. Karl Barth estaba seguro de que los mandamientos de la Biblia no eran verdades universales, aplicables a cada época y cultura, pero solamente testimonios limitados por el tiempo a la voluntad de Dios. Emil Brunner fue aun mas lejos al decir que la Biblia no puede, por la naturaleza del caso, prescribir normas pre-establecidas de con- dueta, ya que según él nuestras obligaciones sólo se pueden determinar por la situación en la cual nos encontramos -abriéndole la puerta anchamente a la moralidad situacional de Jose Fletcher, donde el deber moral es relativista, La neo- ortodoxia fomentó nada mas que una gracia barata que no requería que los hombres se convirtiesen, ni que se arrepintiesen de pecados específicos, ni que se santificasen según un modelo inmutable de santidad. La neoortodoxia no podía ofrecer nada excepto un evangelio nebuloso a los hombres, ya que mantenía que Dios no se comunica en proposiciones verbales infalibles. Era por lo tanto de esperar que la postura neo-ortodoxo a los proble- mas sociales fuese ambigua, ni clara ni autoritativa. Carece de
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toda palabra segura de Dios con la cual juzgar y dirigir los asuntos sociales de los hombres. El Evangelio Integral A diferencia del evangelio social del modernismo, del Evangelio individualista del fundamentalismo, del evangelio dicotomista del romanismo y del luteranismo, y del evangelio incierto de la neo- ortodoxia y el radicalismo, encontramos el evangelio integral bendito y refrescante de la teología reformada, que es la herencia del cristianismo bíblico. Las buenas nuevas del reino de Cristo es que Jesucristo por gracia y poderosamente salva al hombre en toda la plenitud de su existencia creada y pecaminosa. Él es un profeta, que declara la voluntad de Dios paro los hombres ignorantes. Él es un sacerdote, que intercede ante Dios a favor de los pecadores contaminados. Y Él es un rey, que gobierna a todos los hombres en todas las áreas de la vida. La venida del reino, por lo tanto, trae el domino progresivo de Cristo sobre el mundo, la carne, y el diablo (1a a los Corintios 15:25). Las iglesias reformadas siempre han representado la procla- mación de sola Scriptura y tota Scriptura. Solo la Escritura debe ser el estándar de nuestra teología y ética, y nosotros debemos predicar toda la Escritura en su relevancia total a la vida de los hombres.¡Sólo la Escritura, pero toda la Escritura! Consecuente- mente, la predicación del Nuevo Testamento no es apolítica. Jesús reprochó a Herodes comparándolo con una zorra, y Juan el Bautista tildó su conducta como ilegítima. Pablo advierte en contra de un gobernante que es "un hombre de iniquidad," y Juan lo llama "la bestia." En contra de estos gobernantes malos, los cristianos han de abogar por la Ley de Dios (véase Apocalipsis 12:17, 14:12) porque Pablo enseñó que el magistrado civil estaba obligado a ser un "ministro de Dios" que venga Su ira contra los malhechores que violan la Ley de Dios (Romanos 13:4). Puesto que el Nuevo Testamento no es apolítico, tampoco lo es la prédica integral de las iglesias reformadas. Sin embargo, últimamente, ha habido un constante desinterés en mantener el "uso político" de la Ley de Dios declarando la
178 He aquí el estándar voluntad de Dios para la moralidad Socio-política. Por lo tanto, nos dirigiremos a la cuestión de sí el magistrado Civil debiera hoy en día obedecer y asegurar el cumplimiento de la Ley de dios del Antiguo Testamento. |